26 Jasón, por su parte, suplantador de su propio hermano y él mismo
suplantado por otro, se vio forzado a huir al país de Ammán.
27 Menelao detentaba ciertamente el poder, pero nada pagaba del
dinero prometido al rey,
28 aunque Sóstrates, el alcaide de la Acrópolis, se lo reclamaba, pues
a él correspondía la percepción de los tributos. Por este motivo,
ambos
fueron convocados por el rey.
29 Menelao dejó como sustituto del sumo sacerdocio a su hermano
Lisímaco; Sóstrates a Crates, jefe de los chipriotas. a Crates, jefe
de los
chipriotas.
30 Mientras tanto, sucedió que los habitantes de Tarso y de Malos se
sublevaron por haber sido cedidas sus ciudades como regalo a Antioquida,
la concubina del rey.
31 Fue, pues, el rey a toda prisa, para poner orden en la
situación,
dejando como sustituto a Andrónico, uno de los dignatarios.
32 Menelao pensó aprovecharse de aquella buena oportunidad;
arrebató algunos objetos de oro del Templo, y se los regaló a Andrónico;
también logró vender otros en Tiro y en las ciudades de alrededor.